sábado, 17 de mayo de 2014

Cañete, el PP y la democracia.

Lo de Cañete es fácil de entender. El imaginario esencial sobre el que se apuntala el sistema democrático es la igualdad. Digo imaginario porque dista de ser un estado fáctico o empírico. Es una idea regulativa, un horizonte de expectativas. Igualdad de oportunidades, de género, de las distintas etnias, etc. A Cañete se le ha visto el plumero por machista, lo cual ha hecho que la sensibilidad igualitaria y democrática de muchísima gente se haya sentido ofendida.
Pero la de género no es la única sensibilidad democrática igualitaria. ¿Os imagináis que le hubiera tocado a él, que se tiene por un "gran empresario", debatir con otro ser al que considerara en su fuero interno radicalmente inferior? Imaginaos a Cañete debatiendo con alguien de otra raza. O con un parado, o con un asalariado cualquiera, un trabajador de la industria o del campo, él que ha sido ministro de agricultura. O con un homosexual abiertamente declarado. O con alguien sin estudios universitarios. La de salvajadas y desprecios que hubiera proferido.
Lo de Cañete muestra que tiene un problema serio con las mujeres. Y la sensibilidad de todos los auténticos demócratas se volcó a identificarse inmediatamente con Elena Valenciano. Pero lo que muestra sobre todo el estúpido comentario de Cañete es lo incomodísimo que se siente el PP con las convenciones, los consensos mínimos, las normas que regulan el debate público, de la democracia.
Para el PP, como casi todo lo que tenga que ver con la moral, la democracia es una cuestión de apariencias, de falso protocolo, de hipocresía.
Cañete se siente muy incómodo frente a una mujer. El PP se siente terriblemente inquieto con la democracia. Como todos los que han de pasarse el día entero fingiendo.


Ps:
Unos vídeos sobre el concepto de igualdad del PP:

https://www.youtube.com/watch?v=M01KzY7VBWU

https://www.youtube.com/watch?v=YiUMR7wNEHI

https://www.youtube.com/watch?v=TEGbIDd_9DQ

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. • O sea que, cuando manifiestan esto o lo otro, mienten, mienten y MIENTEN (mienten en todo). Pero yo sé de una forma para que este tipo de mafiosos no puedan mentir en el futuro: Se debería imponerles como hegemónica lo que sería una auténtica voluntad popular (por brotada en asambleas) y, a continuación, vigilar que esa máscara de gente ética se la pongan bien puesta y tanto tiempo como sea necesario para que se les convierta en rostro.
    • Se podría decir *precisamente por este tipo de gente* que, por manifestarme así, soy un ente antidemocrático. Pero viendo para lo que sirve la democracia al uso, para mí sería cual un tratamiento honorífico. (Si les fue posible a los *católicos de las diversas religiones* montar esta inicua historia ultra capitalista, por qué habría de ser imposible desmontarla por nosotros?)
    • De ese futuro posible es de lo que se debería tratar de forma intensiva, según preconizo en mi bitácora. Tengo sed de hechos, porque soy un artista antiartístico (paradoja que tiene explicación).

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