domingo, 31 de enero de 2016

Divagaciones en el interregno postelectoral


Enumerando… 


1) Toda la cúpula del PPCV en la provincia de Valencia, en la Cárcel. Esto ya lo podía suponer íntegramente el electorado hace un mes y, sin embargo, es la fuerza más votada en la CV -cuando hablo de los votantes del PP, el sintagma “País Valencià” se me resiste- y lo sería, segurísimo, si mañana se volvieran a convocar elecciones.

 

2) Muchos vemos con una cierta repugnancia –en el sentido más aséptico de la palabra: nos produce rechazo- la radical división entre el campo de la moral y el campo de la política, de origen maquiaveliano, que se está implementando actualmente en la nueva izquierda.  Sin embargo, cuando vemos fenómenos como éste –que la información sobre la corrupción influya de modo mucho menor en el votante de lo que la ética esperaría- no dejamos de alegrarnos de que pueda establecerse cierta distancia entre política y moral, porque de lo contrario, es el cuerpo humano en que se convierte en deudor de la falta de conciencia. Es el terror jacobino (o estalinista). Si la única explicación que podemos dar del hecho es la querencia al malpor parte de ciertos sujetos, más allá de cualquier argumento y evidencia,  no queda otra que su eliminación. Incluso, la ética discursiva social-liberal, no puede dejar de segregar a quienes no se avienen a este tipo de consenso sobre “lo bueno”. Apel decía "Quien "no se mantiene" en el discurso es "casi como una planta" (Aristóteles, Met. IV,4 10006 a6-18), y su conducta no puede tenerse en cuenta, en ningún caso, como argumento; pues cualquiera que sea el motivo que tengan (...) sólo se puede establecer sobre ellos (es decir sobre los que rechazan la argumentación) una conjetura (teoría) por parte de los que argumentan (por ejemplo, que se comportan estratégicamente o que necesitan una terapia). Pero el discurso de la fundamentación última no puede dejar de afectarles por eso.”



3) Por eso, si no queremos desembocar en la guillotina o en el Gulag, la reeducación o la violencia, habría que pensar el problema de otra manera y no desde la moral individual de la intención. Esto es, habría que irse al terreno de la política y de la reproducción ideológica. El otro día pasé por un programa de Canal 13 en el que un tertuliano de extrema derecha de los que pululan por ese canal hablaba  de la enorme conspiración que había en las cadenas generalistas contra el PP. El tertuliano aducía que un cálculo -completamente falso, dicho sea de paso- según el cual todos los pufos del PP (Bárcenas, Púnica, Taula, Gurtel, etc.) venían a ascender a unos cuantos cientos de millones de euros, mientras que el de los ERE andaluces eran 3000 millones y nadie hablaba de eso. Lo hemos dicho muchas veces. La influencia ideológica de un espacio mediático no es proporcional a su audiencia cuantificable. No sé cuánta gente verá Canal 13, pero influye en muchísima con razonamientos de este tipo y eso se nota en las urnas. Parece, de hecho, al revés: esos votantes ya vienen convencidos y echan mano de los tertulianos para agenciarse sus argumentos en sus labores de troleo cuñadista. Y es muy tóxico. Ya puede haber miles de campañas contra los estereotipos sexuales, que la permanencia de un programa como MYHYV los seguirá reproduciendo. Ya puede haber campañas contra el acoso y la competitividad escolar, que de nada sirve si se siguen programando en horario de máxima audiencia talent shows protagonizados por niños. Poco sentido tiene que la misma cadena que por las mañanas (...de CUATRO) te está denunciando la corrupción y te habla de las tragedias de los refugiados, por la tarde te programe una serie de corte netamente fascista como Hawai 5.0 (y luego otra de corte robinhoodiano como Leverage, y luego otro telediario y luego los deportes con los manolos –con su toque demagógico-festivo reaccionario- y así todo…).


4) Creo que no puede quedar duda de que entre la moral y la política existe un terreno de mediación (modelización, reproducción, difusión, legitimación) incoherente desde el punto de vista de la lógica racional, pero extremadamente potente e influyente si le aplicamos otro tipo de lógicas. No hay cambio político si el sujeto no cambia el lugar desde el que interpreta el mundo, desde el que decide qué es legítimo y qué no. Y los media trabajan denodadamente para anclar al sujeto en ese lugar ofreciéndole el goce de la tranquilidad de conciencia, la irresponsabilidad política, y la legitimación ideológica. Y no cambiaremos jamás esa posición subjetiva, no habrá emancipación posible, sino actuamos, precisamente, sobre estos esquemas cognitivo-conductuales que atrapan la psique y la existencia. Más exactamente, que consiguen confundirse con ella. Votamos a inmorales porque “nuestro cerebro” así nos lo indica, dicen los neuro-cognitivistas, de tal modo que acabamos creyendo que nuestro estar en el mundo se reduce a un peculiar principio del placer que nos permite votar a inmorales sin pecar de inmoralidad. Simplificando: con las adecuadas estrategias, los medios de difusión en un entorno capitalista pueden hacernos actuar y pensar como quieran. Más allá incluso de donde abarca cualquier conciencia crítica. De hecho, en cuanto nos intentamos elevar más allá de nuestro aparato cognitivo y nos preguntamos por las causas últimas, la perplejidad es nuestra primera reacción, la indignación violenta la segunda, y un peculiar Síndrome de Estocolmo, consistente en volver a votar las mismas opciones irracionales de siempre -para seguir quejándonos después otros cuatro años de que no hay manera, de que ha vuelto a pasar lo de siempre-, el final del bucle.



5) Por eso, nos dan un poco de risa las primarias y las consultas a la militancia. A mí, cómo ganó Pedro Sánchez, porque le apoyaba el aparato cuando era un desconocido, me pareció un escándalo y así lo dije en su momento. Pero exactamente igual me lo han parecido las primarias y consultas tanto en Podemos, con sus listas plancha, como en UP. Es una absoluta estafa plantear unas primarias o una consulta a la militancia cuando la desproporción entre el acceso a los media de unas opciones y otras es escandalosamente inicua . Las votaciones al programa de Podemos, con las opciones del CC estatal en letra clara y las demás en un tipo desleído, me parecieron de una falta de vergüenza antológica. Voten las “claras” que son las que apoyamos los que salimos por la tele. Me permití una sardónica carcajada y cerré el Agora Voting. Telecracia en estado puro. El otro día leía una columna de una persona que preguntaba porque Ada Colau no entraba en Podemos y dejaba de hacer “competencia desleal” y por qué se permitía que CeC fagocitara a Podem Catalunya. Pues, hombre, yo lo veo juesto al revés. Porque con el sistema electoral interno  del que se ha dotado Podemos, con su blindaje pro-cúpula (Medios -> Televidentes -> Agora Voting) no se puede influir en Podemos más que desde fuera de Podemos, si no, serás absorbido tú, fagocitado y luego expelido. Nada distinto este proceder de lo que hizo, por su parte, Alberto Garzón para golear en las primarias de UP. Luego, bien amargamente se quejaba de que los media no le permitían a él medirse con PIT, con Rivera y con Sánchez, tras haberse zampado la idea de Ahora en Común, por asalto de las huestes de la vieja guardia de IU. Las plataformas municipalistas no tuvieron nada que ver con eso, precisamente porque los media no intervinieron, favoreciendo a unos candidatos sobre otros (al menos en la mayoría de las ciudades españolas). Como dice hoy El País, con su desinteresada clarividencia habitual, el PSOE no son las CUP. Ni de coña, vamos. Totalmente de acuerdo con el editorial, justo, por las razones diametralmente opuestas.


6) Ahora, tal vez, se entienda porque mi columna en el periódico se llama Comunicando y por qué durante estos dos años de su existencia he hablado fundamentalmente de política. Primero, haciendo alusión paródica al propio hecho del gerundio: en español se dice que alguien comunica, justamente cuando resulta imposible comunicarse con él.  
Al menos, era una expresión corriente cuando imperaban los viejos teléfonos analógicos.  
 
Eso es precisamente lo que pasa cuando la comunicación se convierte en campo único de la política: no hay quien se entienda con los políticos, porque esos siempre están comunicando. Literalmente, hablando con otro cuando uno quiere hablar con ellos. Repitiendo consignas para los fans, cuando uno quisiera mantener con ellos un diálogo inteligente, esto es, no machaconamente cognitivo, no cerrado a cal y canto a la contingencia de que, ocasionalmente, la verdad emerja.


Ricardo Piglia, El camino de Ida.
7) Y también, por eso mi blog se llama La suficiencia de lo obvio. No es más que un alegato contra la información como modo único del saber y contra la comunicación como campo único de enunciación.  Y contra su inevitable corolario, la teoría de la conspiración. No necesitamos más información, sino más interpretación. Y no más interpretación en plancha (es decir, "opinión" prefabricada a a base de clichés), sino más interpretaciones, más pluralidad, necesitamos construir  un sujeto multitudinario que no se agote en el banal simulacro del puralismo agonista, para que nos podamos defender de la información monofónica. Entre los intereses que evidentemente tiene el gobierno del PP en alargar este interregno, no es el menor mantener el monopolio de RTVE, una de los pocos medios favorables que les quedan, ahora que el IBEX ha decidido que no son su opción. No puede entenderse de otra manera la explosión de la Operación Taula, precisamente en este momento. 

8) No hay más remedio que hacerse a la idea de que vamos a vivir en la inconsistencia entre la moral y la política. Pero el remedio del remedio no puede ser ignorar esa inconsistencia, sino seguir pensándola para evitar creer que nuestros líderes y representante ya nos la han pensado. Porque esa inconsistencia, que sigue siendo impensada, es precisamente lo político ese gozne siempre chirriante entre la razón y la praxis, entre la racionalidad programática y el acontecimiento. Y no es buena solución armar más ruido para que el chirrido no se escuche. No hay nada más impolítico que la delegación absoluta, descontrolada, de la responsabilidad sobre el gobierno de las cosas y sobre la mediación entre los intereses humanos. Lo que hemos de intentar es que esa mediación se constituya en lo común (lo político), y no en lo público (la gobernanza, la política), antinómico de nuestra moral que, si no superamos esa dicotomía, permanecerá siempre enjaulada en el recinto de lo privado. Como la religión. Como el sexo. Como la posesión de drogas para el consumo, sin intención de traficar.


Corcuera y González no es que estén mayores, es que son unos fascistas de cuidao. Perdón, pero si las nuevas generaciones los estáis descubriendo ahora, la de los que estamos en medio ya los descubrimos hace 30 años: OTAN, reconversión, liberalización, patada en la puerta. Llevo advirtiéndolo desde hace días. Buena parte de la herencia franquista, del "atado y bien atado", encontró su alojo en el Psoe, ya en los 80. Ahora, si Sánchez consulta a las bases, veremos si la militancia del Psoe está a la altura de los tiempos, porque sus dinosaurios no es que no estén ahora, es que no lo estuvieron nunca. (30 de Enero)



sábado, 23 de enero de 2016

Sobre el órdago, 2.

Comentarios en Internet. Sigo el orden cronlógico, para mejor comprensión. Todos los comentarios son de hoy.

  •   Las cosas se saben en après coup, o más castizamente, a toro pasao. Las dos grandes preguntas que nos podemos plantear hoy son:

    1)¿Fue el PSOE la fuerza renovadora que llevó a España a integrarse en la normalidad liberal-democrática occidental -hay datos que nos pueden llevar a pensar eso-, o fue uno de los cabos con los que Franco lo dejó todo atado y bien atado, inseminando en este partido, con un gran pasado lejano pero con nulo pasado próximo en los 80, el virus del ultranacionalismo español -que anda que no hay datos para pensar esto también? La respuesta definitiva a esta pregunta la habrán de dar estos días, mostrando si se sienten más leales al pueblo español o a la idea imperial de España.
    2) ¿Va a ser Podemos la nueva UCD, que nos llevará de una vez más allá del postfranquismo -como la original nos llevó más allá del franquismo en sentido estricto- y se inmolará por falta de identidad política como su predecesora, pasando a la Historia como un simple instrumento de transición, o tiene algún futuro aparte de eso?

    Creo que no son preguntas despreciables porque nos ayudarán a entender el momento político que vivimos, en sus propias estrategias. El problema de concebir la política como un juego de tronos -en su versión modestamente ciudadanista, escaños- es que en los juegos se intenta engañar al contrincante y al árbitro, esto es, en política, al enemigo y a la opinión pública. Y, claro, nos mosqueamos. Yo veo mucho mosqueo con las maniobras políticas pre-instituyentes que estamos viviendo, entre órdagos, dimes y diretes. Así que toca pensar y analizar. Lo obvio, lo que podemos ver, creo que será suficiente. Me enoja bastante ver gente a la que se le supone (se le debe exigir) inteligencia cantar loores al gran estratega Pablo Iglesias, como a los que se encierran en un dogmantismo amargo y sólo son capaces de lanzar su dedo acusador contra las llagas de sus contradicciones, como si eso a él, que se ve ganando, le importara lo más mínimo. Gracias a su concepción tronística de la política, PIT puede hacer pasar cualquier paradoja, antinomia, contradicción o embuste por una genialidad lúdico-política y quedarse tan pancho.

    Entiéndase estos dos textos, pues, como un ponerse a esa tarea.
    Titubeantes, inciertos y por ello probabemente más verdaderos que cualquier opinión formada a priori (prejuicio). Será que vengo de Córdoba y me ha tocado el espíritu de Maimónides, pero creo que la perplejidad es un virtud moral e intelectual perentoria e imperativa.
    ESPAÑA Y SUS SOBERANÍAS, de anteayer, y SOBRE EL ÓRDAGO, de ayer.

  •  Igual que no da patada sin culo, tampoco da puntada sin hilo y le gusta el billar a múltiples bandas. ¿Haciendo salir en la foto a Xavier Doménech, proponiéndolo como ministrable, no intenta de paso quitarse de encima la alargada sombra de Ada Colau y cualquier opción de ésta de liderar un movimiento estatal? No seré el único que se ha dado cuenta de esta dimensión de la jugada tronística, ¿verdad?
  • Negras tormentas agitan los aires, nubes oscuras nos impiden ver... Vivimos en un país en el que nadie quiere ser presidente del gobierno!! Y hay uno que quiere ser vicepresidente, pero no tiene presidente al que vicepresidir!!! ¿Estamos resucitando a Durruti o a Jardiel y a Mihura? O a todos a la vez.
  • Desde la pasión claroquepodemita (que es el Podemos fundamentalista, que hay otros pero con nula presencia mediática) me dicen que no hago crítica constructiva y que por culpa de gente como yo nunca se unirá la izquierda. De momento, sólo le he lanzado puyas muy evidentes al Psoe, porque considero que el soberanismo españolista es una pésima línea roja ultra-conservadora y jamás puede servir como excusa en la izquierda, eso de “quieren romper España” para no sentarse a planificar cómo diablos tiramos al PP. Y si me atrevo a utilizar la primera del plural es porque yo voté a ‪#‎éselmoment‬, esto es, a Podemos. Pero lo que no puedo hacer si quiero ser tomado en serio es comportarme como un palmero y atacar al Psoe como hacen los fans de Podemos. Si apoyo o amonesto será siempre de una forma crítica, sin imtentar imponerle más velos a la verdad que los que ya trae de suyo, que no son pocos. En última instancia, si me encaro con el sector conservador y españolista del Psoe es desde la necesidad de una unión, no ya de la izquierda, sino radicalmente antifranquista y antineoliberal, que son los dos componentes ideológicos que aglutina con toda naturalidad el PP. Es decir, debo de impedir que mi posición sea asimilada a la de un defensor de Podemos, porque no es así en absoluto y cuando fueron ellos el obstáculo para la unidad lo dije abiertamente.
    Una vez dicho esto, yo los únicos enemigos que le he visto a Pablo Iglesias y adláteres, a los únicos que han combatido con una coherencia inexorable es a la izquierda  (y 2) y a la disidencia interna en Podemos. Con los demás, con lo que antiguamente llamaban la casta o las élites, van cambiando de posición y estrategia, con la izquierda y con las bases no. Y si me ha escamado que intente darle una relevancia exagerada a Doménech y he sospechado que podía ser una forma de quitarle peso estatal a Ada Colau, ha sido precisamente porque eso ha hecho con todos sus aliados cuando no le han convenido: mandarlos (o mantenerlos) lejos de Madrid. Y no hace falta más que pensar en Teresa Rodríguez, Miguel Urbán o Pablo Echenique. ¿Qué tiene de extraño advertir de una posible maniobra en el mismo sentido con Ada Colau o con Mónica Oltra, ambas creo que con vocación de política estatal aunque lo nieguen hasta la muerte? Yo estuve en La Fonteta apoyando. Y estuve porque venía Ada Colau. Y considero una opción a apoyar la del referéndum catalán porque es la suya. Y por todo eso trago con la cúpula de Podemos. Evidentemente, soy un gran obstáculo para la unidad de la izquierda (¿o eran los de abajo?¿o era la gente decente?....) Por cierto, ningún problema en recriminarle a Ada Colau lo que haga falta si me decepciona. Véase lo que escribí antes y después del referéndum griego sobre Tsipras. De momento, mi cabreo es con algunos militantes del Psoe precisamente al ver en sus perfiles sociales ataques a Colau, a Ribó, o a Carmena de pésimo gusto que podrían haber cogido (es probable que lo hayan hecho) de los muros de sus amiguitos del PP.



viernes, 22 de enero de 2016

Sobre el órdago.

No creo que a nadie se le oculte a estas alturas la poca simpatía que he sentido siempre por Pablo Iglesias y su camarilla más cercana, así que cuando me he enterado de su órdago de hoy al rey, a Rajoy y sobre todo a Pedro Sánchez, ha venido sin remedio a mi recuerdo el proceso de Vistalegre y la enorme capacidad de este señor para tomar las cosas por asalto, patear el culo de sus aliados y conseguir posiciones de ventaja. Vamos, que lo primero que he pensado ha sido que ahora iban a conocer al verdadero Pablo Iglesias la inmensa mayoría de sus votantes y entenderían porque hemos sido tan amargamente críticos muchos que tuvimos un paso efímero por Podemos -cometiendo el crimen de lesa majestad de que las ambiciones personales de su líder no fueran nuestro primer y único empeño en esta vida- y el modo cruel en que fuimos expelidos del interior de la formación por sus broncos palmeros. Él nunca dijo que quisiera el triunfo o la victoria, él siempre dijo que quería "ganar". Y, evidentemente, ganar es otra cosa y otro juego, y en el de tronos él ha sido completamente coherente, así que nada que objetar.

Pero, una vez lanzado el órdago, ése no es el principal problema para España en estos momentos, ni mucho menos. El gran problema es que el principal enemigo del progreso y del avance democrático en España -habiendo quedado el PP y C's en jaque por este dribbling magistral- está ahora en el interior del Psoe, lanzando sin piedad toda su baba venenosa. Tras las elecciones escribí esto:


"Como he sostenido en diversas ocasiones, más allá de la división derecha / izquierda, burguesía / proletariado, centro / periferia, etc., etc., etc., España lleva décadas dividida en dos grandes “comunidades de goce”: los que condenamos el franquismo y los que no condenan el franquismo. Todas las demás peculiaridades políticas y de sensibilidad pueden reducirse a estos máximos comunes denominadores. Los primeros tienen 163 diputados. El resto, fragmentados, divididos, irreconcialiados, e irreconocidos, todos los demás. La España real es plural, es ingobernable. Tenemos principios, ergo tenemos manías. Tenemos un 53% de los votos frente a un 40 de aquellos a los que el franquismo les parece simplemente una bella Historia. Sólo se trata de conseguir que el Psoe se haga cargo de su responsabilidad y levante acta."

El caso es que, asidos al mantra supersticioso de la unidad incuestionable de su patria, que utilizarán para frenar cualquier posibilidad de progreso real, las fuerzas reaccionarias internas del Psoe van a utilizar hasta el último cartucho contra cualquier proceso de profundización y radicalización democrática, contra cualquier intento de redistribución justa de la riqueza y de salvar la dignidad de los ciudadanos del Estado Español, escudándose en que pretenden preservar incólume la unidad amenazada del Reino de España. 

Por eso, ayer, antes del órdago, escribí esto otro, que creo que cobra hoy más exacto significado: Sobre España y sus soberanías.

La oportunidad, con sus trepas y todo, es única para rebasar de una vez todos los lastres que nos dejó el franquismo y poder enfrentar la ofensiva neoliberal mucho menos atados (y bien atados) de pies y de manos. Expectantes estamos a ver si se deciden a resolver nuestras legítimas dudas sobre si son parte de esa herencia franco-borbónica o quieren ser parte de la solución, porque no creo que se les pueda seguir perdonando más veces.

(Por cierto, Rubalcaba, ese gran servidor de la corona, está hoy que se sale como los espumarajos de su boca)

jueves, 21 de enero de 2016

España y sus soberanías.

Contrariamente a los comentarios que leo procedentes de tierra adentro, pienso que para los periféricos toda la disputa sobre la formación de los grupos parlamentarios a la que hemos estado asistiendo estos días en el parlamento español no es una cuestión tediosa o baladí, una pura cuestión de trepas burócratas o de algún grupo avida dollars.  Lo que sí es surrealista es que un grupo mimado (¿creado?) por el IBEX 35 como C’s esté lanzando acusaciones en ese sentido a una fuerza como UP/IU que no tiene esos recursos y depende exclusivamente de las ayudas institucionales para sobrevivir. Muy al contrario, lo que se está jugando es, nada menos, que el modo de articular, según una política que se pretende nueva, el antagonismo social (los de abajo contra los de arriba, etc.) con la tensión territorial.... continúa aquí.

lunes, 11 de enero de 2016

Calculando... (Apuntes postelectorales)



Foto de Diego Lonjedo (fragmento)


Todos, comentarios hechos en las redes sociales en esta hora de pactos con los votos de los ciudadanos como moneda y la líneas rojas como faroles.











    • El PP y el PSOE tienen muchas cosas en común. Entre otras cosas, esta señora y una cierta idea de España que sacan a pasear cuando les conviene, presidida por sus barones que, casualmente, vienen representando a esa mitad sur de España que ellos han reducido al clientelismo, al subdesarrollo y que son beneficiarios netos de la Hacienda española. Por eso, cuando aquello del 15M, los Think Tanks del Psoe y sus militantes más cerriles, se las rebuscaron para acusar a los que habían salido a la calle de ser los causantes de la derrota de la "izquierda". Nunca puede sonar una palabra más falsa que lo que suena "izquierda" en boca de algunos descebrados que el Psoe mantiente entre su militancia porque le rinden algunos réditos reaccionarios, como palmeros irresponsables, en situaciones como las que ahora atravesamos. Felipismo traidor, puro y duro.
      Si alguien piensa que, después de la traición de la segunda transición que representó Vistalegre, estoy defendiendo a la cúpula de Podemos, con todo lo que he dicho sobre ellos simplemente es un difamador y un sinvergüenza. Lo que tiene la radicalidad, entre otras cosas, es que no te casas con nadie. Ni le das una alabanza perpetua, ni dejas de reconocer que tiene razón cuando la tiene. La línea roja de la autodeterminación de los pueblos de España, esta España que algunos podríamos atrevernos a amar porque no la soñamos ni la concebimos negra y mortífera, no es un invento ni una manía de Pablo Iglesias Turrión y su camarilla. Es una premisa de sus aliados periféricos en Catalunya, el País Valencià o Galiza, que asumen sin problemas todos los españoles de bien, esto es, de izquierdas.
      Esto de ser radical tiene cosas tan curiosas que hoy va y siento pena por Ken al verlo bajo las garras de esta señora y sus secuaces. Yo también prefiero, antes que a este Jesús del madero, a aquel que anduvo en la mar. A ver si nos dejan de una vez, hostia.

      30 de diciembre de 2015
    •  Oye, que tengáis un buen 2016. Y que sepamos sernos fieles sin dolor o traicionarnos a tiempo y con gracia si vamos sintiendo que las lealtades nos lastran y nos aplastan más allá de la dignidad, la verdad o el gozo. Eso y muchos besos consentidos (con o sin sentido, que eso da igual) es todo lo mejor que os puedo desear. 31 de diciembre de 2015
    • Oye, que estaba pensando yo que esto del "procés" y todo lo que está generando ¿no podría ser provocado porque Mas tenga un empacho de literatura autoayúdica?¿Alguien lo ha visto por las secciones self-help de alguna librería de Barcelona haciendo acopio de libros de Paulo Coelho, Risto Mejide, monjes con Ferraris, y gente que se come quesos de otros? A ver si va a ser ese el problema, porque nadie está teniendo ese posible factor en cuenta. Parece que le hayan metido a presión las ideas tipo de esta clase de panfletos: "persigue tu sueño", "nunca te des por vencido", "el universo se ha conjurado para llevarte a conseguir tus deseos", etc. Es que la perra que tiene el hombre con no cejar y seguir y seguir como un Rambo de Las Ramblas, más allá de toda economía de la supervivencia, me parece sospechosa de una indigestión de inteligencia emocional y autoestima y una clara carencia de "seny". A ver si va a ser ése el problema y se arregla la cosa quitándole el hipérico. Lo digo en serio y todo. 4 de enero de 2016.
    • Molta xufla amb la qüestió del procés i el fastig que provoca. Però pel camí em sembla que la esquerra catalana (CUP y Barcelona en Comú, esencialment) estàn construïnt una entesa que a la resta de l'Estat, si més no dels territoris monoligües castellano-parlants, ni està ni se l'espera. I l'independentisme, podent ésser un punt de desacord, no sembla cap línia roja. Potser perquè els rojos són els caminants, i no les línies.... 8 de enero de 2016.
    • En mi humilde opinón, y partiendo de la radical desconfianza que tengo en Mas, veo imposible que hay cedido en Catalunya sin tener muy claro que el tiene un arma para aplastarlos de la que las CUP carecen: Madrid. 10 de enero de 2016
    • Me niego radicalmente a opinar sobre el acuerdo entre las CUP y Junts pels sí (CDC/DIL). He leído toda clase de comentarios hoy. Y creo, honestamente, que no es lo que los tiempos no exigen. Opinar siempre es proyectar un pensamiento viejo -ya acabado, cerrado, perfecto- sobre una contingencia. Es el mejor camino para no ver lo nuevo. O para verlo continuamente y por todas partes, por nimio que sea el detalle, que viene a ser lo mismo, porque si ves lo nuevo -si te conviene ver lo nuevo- a toda hora estás viviendo una vida vieja. El problema del vocinglero sujeto post-fordista, que es digno nieto del sujeto moderno pese a que a veces escandalice al abuelo, es su relación con el goce como forma de preservar su unicidad imaginaria. De esta unicidad en el goce provienen la urgencia de la opinión y la denegación el pensamiento. Porque la opinión es igual al pensamiento menos el tiempo. Es un sujeto de la continuidad. Y en tanto que piensa, es decir, en tanto que se enfrenta al ser como no resumido en el ente, se aleja de la apacibilidad del cáculo y se angustia mucho. Cuando se pone a alguien -incluso a uno mismo- en la tesitura de que se piense, de que abandone la seguridad cognitiva de la "cogitatio", La respuesta más habitual suele ser el odio, la acusación de traición. Cuando uno expresa algo tras haberse dado tiempo para pensarlo, acaba siempre decepcionando a alguien: ¡Yo creía que pensabas de otra manera! No hay nada más alejado de lo común que la opinión, que siempre es pública (o privada, que es la cruz de la misma moneda). Señoras, señores, hoy no sé qué pensar sobre lo que han hecho las CUP. Me lo tomaré como un extraño arrebato de lucidez, porque la tesitura es tan potencialmente novedosa que cualquier opinión -pensamiento ready made- sobre ella no puede tener otra estructura que la del prejuicio. Ni idea, pues. Ya veremos. 10 de enero de 2016
    • Me estimula ver errores, titubeos, vacilaciones y dudas en las fuerzas del cambio, como los que se le ven a la CUP. Lo que me demuestra es que no son élite y por lo tanto no tienen un manual (de comunicación política) sobre cómo mantenerse entre la élite, repitiendo consignas y monsergas como papagayos. No negar lo real es lo que tiene. Que el camino no está "claro" como vendieron algunos. La consigna "sí se puede" me gusta. La consigna "claro que podemos" me ha dado siempre náusea. Puede que podamos pero cuanto más podamos, por pura lógica, menos clara estará la cosa. La claridad para los fanáticos y los hooligans tiene que ver con un jefe fuerte acorazado tras una cúpula férrea y depredadora de toda disidencia que les dé la confianza e imagen de solidez como un equipo de club se la da a sus hinchas. La CUP ha mostrado que no está en eso. Y meterán la pata algunas veces. Pero no todas ni para siempre, ni será fácil echarles el lazo del bipartidismo como a dóciles cotorritas que no se equivocan porque no tienen que pensar qué van a decir. "Les non- dupes errent". Ni les defiendo, ni les ataco. Los criticaré cuando lo que hagan no me guste. De hecho, no tengo nada claro, como no lo tienen ellos, que hayan hecho bien apoyando la investidura. Lo que me subleva un poco es que algunos que supuestamente llevan el catecismo hegemono-populista en alto les ataquen ahora por hacer justo lo que dice su doctrina, que es sumarse al único bloque hegemónico que puede ponerle palitos en las ruedas al neoliberalismo en Catalunya. Visto desde Espanya, pues lo veremos de otra manera, obvio. Pero ellos lo ven así. En España, en las generales -no fue así en municipales y autonómicas- se ha repartido el bipartidismo de siempre, ahora disfrazadito de primera comunión: 160 diputados para izquierda, 160 para la derecha y 30 testimoniales. Y algunos al monte porque en Catalunya, verdaderamente se ha roto ese eje tan mistificador que criticaban como el origen de todos los males. Insisto: sólo constato. Y constato también que llamar sólo a la gente a votar, en comicios oficiales, primarias y asambleas tiene algo de hipócrita. Nada de pensar, ni debatir. Sólo quieren al pueblo para votar, esto es, para legitimar por los pelos los que serán sus actos.10 de enero de 2016.
    • No paro de ver críticas a las CUP desde fuera de Catalunya (por supuesto, desde Madrid fundamentalmente) y son todas crítcas "de clase", desde "la izquierda" de personas que daban por muertos los planteamientos de clase y la división derecha-izquierda. Tal vez, sería bueno respetar que en Catalunya la verdadera lucha hegemónica se está librando en el campo del nacionalismo. Son una nación distinta de España y se rigen por otra lógica. No se les pueden aplicar, en tanto que nación sin Estado, los mismos esquemas que a (l resto de) España. De momento, han conseguido quitarle a la derecha el monopolio de la reivindicación nacional catalana, que ha tenido durante 40 años. No estoy juzgando si han hecho bien o mal. Pero sí que cuestiono el derecho a juzgarlos desde las comuninades autónomas sin mar con criterios exclusivos de tierra a dentro. Exclúyanse como concernidos por este razonamiento todos los ciudadanos catalanes que, opinen lo que opinen, los considero completamente competentes para juzgar a las CUP y todo lo que pase en "el seu petit país vora la mar". No sé si me explico. Els únics vents que donen dret a l'opinió en aquest cas són el Xaloc, el Llevant i el Gregal. Ni el Ponent, ni el Migjorn, ni el Mestral. 11 de diciembre de 2016.


    viernes, 8 de enero de 2016

    No te lo perdonaré jamás.



    I. El perdón es, por definición, el rasgo distintivo del cristianismo respecto a las otras dos religiones del Libro. No es un concepto, el repudio moral de la venganza, que esté comprendido en el Islam o el Judaísmo. Una cosa son las doctrinas, cierto, y otra la naturaleza humana y no estoy diciendo que los cristianos no sean vengativos. Precisamente, toda la moral católica española del honor es una doctrina de la venganza, a veces muy compleja y muy taimada, una pasión de burócrata obsesivo. Véanse algunos dramas de Calderón (El alcalde de Zalamea me vale, pero El Médico de su honra es paradigmático en ese sentido de la venganza metódicamente fría y calculada). No deja de ser curioso que algunos adalides de la Islamofobia sean tan proclives a no perdonar. ¿No?

    II.También es un distintivo, dar a Dios lo que es de Dios y a César lo que es del César (Lucas 20, 25). En fin, muchos pensadores de los últimos tiempos (Vattimo, Badiou, Zizek) han defendido que el dogma de Encarnación y la kenosis  (Filipenses 2,6-7) de Cristo son un paso lógico necesario para poder concebir el laicismo. Y he dicho bien “dogma”, utilizando la palabra en el sentido técnico que le otorga el discurso teológico cristiano. Nada de que objetar cuando hablamos de materia de creencia. Probablemente, el genio radical de cristianismo, que lo tiene, sea precisamente esa mixtura intolerable entre el Dios perfecto y la carne corruptible que los otros monoteísmos no consiguen comprender y declaran blasfemo. Ahora bien, el fascismo español, como buena parte de la curia romana, no han conseguido estar nunca a la altura de este materialismo esencial del cristianismo, según el cual Dios no se avergüenza de su obra hasta el punto de ser capaz de mezclarse, de contaminarse, con ella. Arrostrar ese real no es cosa de creyentes, fanáticos o fundamentalistas. Es cosa de santos.

    III. Dicho esto, lo que los cristianos tienen derecho a considerar dogmas lo podemos considerar el resto como tradición no confesionalmente vinculante. Con toda legitimidad. Nuestro calendario está regido por las festividades cristianas, que a su vez se apropiaron de las de Grecia y Roma, y tejen una urdimbre cultural que va más allá de la filiación y la creencia. Los reyes magos en particular, pero también la Navidad en general, son un buen ejemplo. Y asumir una tradición es reelaborarla. Nos hemos hartado estos días de la famosa polémica de los reyes magos.  Y no es baladí.

    IV. Un tuit como este


    resume perfectamente al nacional-catolicismo en su versión neoliberal, es decir, al PP.
    Fijémonos, de qué modo se proclama propietaria de una tradición. Nadie sabe prácticamente nada de los Reyes Magos. Apenas da información sobre ellos el Evangelio, para que se pueda estipular dogmáticamente cuál es su vestuario correcto. El que suelen llevar, elaborado por la iconografía católica, es tan válido y tan actualizable como cualquier otro que se pueda proponer.

    V. Ahora bien, la cosa es que por el camino hay dos dogmas neoliberales que se nos cuelan por la chimenea. El primero, la negación al poder público (el único susceptible de control democrático) de cualquier iniciativa en el campo de la cultura y de cualquier potestad de gestión de la tradición. Pero, esto es aún más grave, en ello anida también el dogma conservador del derecho a la libertad de educación que, gracias a la XIII Marquesa de Casa Fuerte y Directora del Área Internacional de FAES, presenta aquí su faz más cínica: el sacrosanto derecho de los padres a disfrutar de la exclusividad del engaño a sus propios hijos. Porque, vista así, una tradición que podría ser un patrimonio común, como la de los Magos de Oriente, identificada con una canónica -y verosímil sólo para una determinada concepción del sentido común, la nacional-católica- deviene lisa y llanamente una vulgar mentira. Sin paliativos. No sabemos si existieron, podemos dudar inculuso de la existencia del Dios al que se supone que fueron a adorar, pero de lo que no tenemos ninguna duda es de que jamás fueron vestidos como ella le ha hecho creer a su hija de seis años.

    VI. A consecuencia de este pintoresco asunto un amigo me recordó una cita de Jacques-Alain Miller que viene al pelo:

    “Desde luego, el esplendor del canalla y su brillo maléfico provienen de no aceptar ni al Otro con mayúsculas, que no es más que una ficción, ni a los otros, que no valen nada”

    Tampoco mejora nada esta canallada, acabar asimilando los vertederos con las tumbas sin nombre, porque no ha encontrado otra manera de escabullirse de un ridículo glorioso del que esta propia señora es la única responsable. Pero, claro, siempre hay formas de estropearlo más. Hay que ser impresentables.



    No sé si avanzamos, pero que ladran, ladran.