viernes, 7 de febrero de 2014

La verdad acerca de los hechos, 7



(viene de aquí)

VII.   La información, los sujetos, las comunidades de goce.

Evidentemente, lo que originó la polémica que aquí estamos discutiendo fue una noticia muy concreta, perteneciente al género político. En el espacio de la comunicación pública y de la información política, la reiteración de la información, la insistencia en ciertos hechos (lo cual siempre implica una selección) remite continuamente a la enunciación, la caracteriza y condiciona todas las interpretaciones de los enunciados que de ella provengan. Ello tiene en los sistemas liberal parlamentarios, es decir, bipartidistas, una resonancia anquilosadamente estructurada en comunidades de goce. Ante cualquier denuncia de los abusos del poder, los periodistas, los políticos y los (e)lectores de derechas contestan a lo que consideran una cantinela con otra: “ya están estos rojos dando el coñazo; te recuerdo que la izquierda también…” Y ello independientemente de los hechos, los datos y la información y las encuestas de intención de voto, que puedan esgrimirse. La denuncia pública, informativa, funciona como la famosa “doble inscripción freudiana”: es una sobreinterpretación. Añadir más información a la información no rectifica la posición del sujeto ni es semilla de ninguna transformación de la realidad. La opinión pública es el espejo en que se deforman los hechos, en el que se genera su congelamiento y su impotencia para acceder a la dignidad de la verdad y tener sus efectos.

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