Hasta ahora hemos sostenido que, al menos en su vertiente imaginaria (lo
que uno cree que es como audiencia y con quién supone estar
compartiendo la emisión) el espectador-tipo de Salvados es un
decidido progresista e izquierdista. ¿Pero, nadie se ha dado cuenta de
que, con la excusa de que los Borbón se han ganado en los últimos años
fama de corruptos y de ello se extrae tranquilamente la deducción de que
la transición española fue un vil y sucio apaño, los que se tragaron la
trolilla de Évole estaban perfectamente dispuestos a creer que todos
los políticos, incluidos los que tenían años de muy dura lucha
antifranquista a sus espaldas, eran unos farsantes y que Miláns y Armada
eran unos héroes de la patria, dispuestos a ir a la cárcel y sacrificar
sus carreras, y Tejero un honestísimo e ingenuo pardillo? ¿De verdad
alguien puede creer que en una trama semejante podía no haber
participado de forma destacada la banca y la gran empresa y que se podía
llevar a cabo con una componenda entre políticos y periodistas con la
mínima colaboración de tres o cuatro militares y un director de cine?
¿Creer eso es de izquierdas o de derechas?
Podéis seguir leyendo aquí....
(Podéis acceder a la primera parte aquí)
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