lunes, 13 de enero de 2014

La opinión pública como enemiga del pueblo: El Gamonal y la fantasmagorización informativa.

Hace unos días me enteré de que algo pasaba en un barrio de Burgos. No había visto nada en los medios convencionales y fue a través de un amigo de facebook, de ideología claramente anarquista y radical, por el que tengo una gran simpatía, más allá de que pueda estar más de acuerdo con él unas veces que otras. Los anarquistas tienen una gran conciencia y un gran tesón en constituir a través de los social media redes de información alternativa a los medios masivos, precisamente porque desconfían radicalmente de cualquier versión de los hechos que pueda dar una empresa capitalista. Es una visión radical en la que coincido completamente con ellos. Donde, tal vez, pueda sentirme más distanciado es donde ellos se agrarran a la posibilidad de una verdad como trampolín de la esperanza. No. Para mí las redes de la información tienen una proyección que va más allá de las empresas informativas como propietarias de unos determinados medios de producción. El sistema tiene grietas, sin duda, pero si uno persiste en la radicalidad de su lectura y no se detiene ante lo intolerable de la inexistencia de una verdad fáctica objetiva, se da cuenta de lo que no tiene es un afuera designable y demarcable. No hay discurso que no sea del semblante, no hay un lugar para la pureza del alma consciente. Las redes, los tentáculos del sistema, todo lo manchan, todo lo tocan.
En fin, cuando leí ese estado de facebook, que llevaba a este link, lo compartí inmediatamente. Al poco, otro amigo me suministró este vídeo. En fin, todo olía a otro conflicto popular local que los medios masivos silenciaban como los disturbios mineros en León o las detenciones de manifestantes que suceden un día sí y otro también sin conocimiento de la "opinión pública" (en seguida explico las comillas).
Pero cuando he empezado a sospechar ha sido esta mañana, yendo en el coche a trabajar tempranito y he visto que la SER se estaba haciendo amplio eco de la situación en el barrio burgalés. Ya todo me olía a estrategia retórica. Pepa Bueno ha entrevistado a la presidenta de la asociación de vecinos, vale. Cuatro o cinco minutos. Pero antes un cargo del Ministerio del Interior se había llevado casi nueve. Por supuesto, el titular del podcast de la SER es explícito: Francisco Martínez: "Volvemos a constatar cómo se infiltran entre los vecinos grupos violentos" Nada sospechoso en esto, la consabida estrategia gubernamental: se desacreditan unas protestas por un proceso de deslocalización que se aviene al 1 er. Principio de Goebels que los necon (cualquiera de las diferentes versiones internacionales del Tea Party) manejan como nadie: Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo. Evidentemente, estos grupos no son de Burgos, vienen de Madrid y de otros, sitios, patatín, patatán, zapaterobalcabantistemeta. Bien. El problema no era ése. Sostenener el pulso derecha / izquierda sin resquicios, en su modalidad comunidades de goce, que en realidad se aviene perfectamente al 3º principio del ministro de propaganda nazi (3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.) y que tiene su versión más habitual en si yo Bárcenas tú ERES. Lo que me ha hecho sospechar, es que tras esta habitual remisión derechista del problema social y político al orden público, se hablaba bien de las reivindicaciones de los vecinos, se las calificaba de legítimas, se tendía subrayar el derecho a manifestarse y protestar, pese a que el alcalde había espetado el tradicional derecho de pernada al que PP se cree acreedor por haber ganado las elecciones: el proyecto urbanístico objeto de la protesta había recibido el 80% de los votos en las elecciones (el Psoe, qué raro, también lo llevaba en su programa, aunque luego se haya desmarcado del proyecto).
Mis sospechas no han hecho más que aumentar cuando he visto hacerse eco del problema a muchos amigos progresistas, aunque nada sospechosos de extremosidades antisistema. Pero ha explotado cuando he visto que el programa de proximidad vespertino de TVE1 (España Directo) no sólo habían mandado una unidad móvil al Gamonal (¿desde cuándo RTVE da algo más que una frase de locución a una protesta contra cualquiera de las administraciones que controla el PP?) sino que había dado la palabra a una portavoz que ha defendido que la violencia ha sido la única forma que en la que los vecinos habían podido hacerse oír. Vale otra vez: mucha insistencia de la presentadora en los disturbios violentos, hasta un ligero enfrentamiento con la portavoz, pero el Gamonal a toda pantalla.
Aquí pasa algo, sin duda. Estamos ante una estrategia diáfanamente más oscura y truculenta de las que nos tiene acostumbrados la derecha mediática, con todo su poder de despliegue. El procedimiento es sibilino: no ocultar, no condenar al fuera de campo y a las catacumbas de la comunicación mediática el conflicto, sino cederle pantallas y micros. Es ingenioso y clásico: divide y vencerás. Pero en su versión postmediática (es imposible acallar totalmente los hechos porque twitter, facebook y YouTube actúan) no se trata de dividir entre unos y otros, se trata de algo más canalla: dividir al enemigo contra sí mismo. Una división, una tachadura de pleno derecho. El pueblo alzado, al ser acogido como espectáculo, se encuentra remitido, ante su reflejo especular, a dejar de ser multitud alzada para convertirse en juez supremo, opinión pública. Y así el acto se convierte en noticia y el saber hacer de la sublevación, no en acción que coagula y presenta, sino en información que circula y se ausenta. La opinión publica tiene todo el poder. Menos uno: el de la acción. El pueblo del Gamonal lo ha conseguido: nuestro drama está en la tele. Como el pueblo americano lo consiguió 5 años atrás: Yes, we have been able, we have an afroamerican man inhabiting the White House. Y ya. Los valencianos sabemos mucho de eso y el PPCV hizo ya su jugada maestra dejando que RTVV se convirtiera durante unos días en uno de los espejos del Callejón del Gato. El esperpento ha revelado todo su poder como factoría de simulacros. La información, el espectáculo de la noticia, ha resultado ser el mejor método de neutralización.
Claro, quien lea esto lo único que podrá espetar, es "sí, hombre ¿y ahora qué?" Sí, en efecto, ésa es la buena pregunta. La respuesta no es la esperanza, ni la prisa, ni la evidencia. Lo obvio es suficiente para saber que lo que vemos lo es nunca lo que habría que ver.

La urgencia: segundas reflexiones a partir del Gamonal
La verdad acerca los hechos, 1 (respuestas a partir de mi primer post sobre el Gamonal)

 

8 comentarios:

  1. Si he entendido bien (cosa de la que no estoy nada seguro), el hecho de que los medios de comunicación se hayan hecho (cierto) eco de lo ocurrido en Gamonal servirá, precisamente, para impedir que lo que ahí podría prender (o no) prenda efectivamente. Pero, si esa interpretación es correcta, podríamos pensar que, de no haberse hecho (cierto) eco los medios de comunicación de lo ocurrido en Gamonal, entonces lo que ahí podría prender (o no) podría prender verdaderamente. ¿Es correcto? Y, si lo es, ¿de verdad crees que la falta de información por parte de los medios tradicionales contribuiría a prender la llama¿

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    1. ¿Te sabes aquél del filósofo y el semiótico que se encuentran en un blog?

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    2. Creo que están ensayando fórmulas para cauterizar el problema lo más rápido posible. Llevo muchos años trabajando en la dirección de cómo unos medios se posicionan en el panorama respecto a otros y me parece que se puede enfocar así. Esto se estaba divulgando por las redes sociales, entre otros aspectos interesantes. Y por ese camino se va hacia la movilización. El capitalismo liberal lleva muchos años jugando con el derecho a la información como forma de eliminar la iniciativa popular. Para mí los conceptos clave son los de esfera (y opinión) pública y sociedad civil, que me parecen muy paralizadores. Por otro lado están renaciendo brotes estalinistas que me parecen peligrosos, porque son gente muy mal formada, sin ninguna conciencia de que esas fórmulas ya fracasaron.
      A mí me interesa el concepto de lo común (frente a lo público y lo privado) y me esto metiendo en Laclau. Lo demás es mi visión de siempre reactualizada y recriticada continuamente.... Si quieres seguir la conversación, yo encantado.

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  2. Pues es que se me había olvidado darle al botón de "Avisarme" y pensaba que no habías encontrado tiempo para contestar, con lo que acabo de leer tu respuesta. (Ahora ya he activado la función.) Si he entendido bien, entonces, dices que las redes sociales tienen un potencial movilizador, mientras que los medios tradicionales tienen una función desmovilizadora. Por tanto, la posibilidad del Acontecimiento (redes sociales) queda en gran medida estrangulada desde el momento en el que se la convierte en espectáculo (medios tradicionales), es decir, en la medida en que pasamos de una comunicación más o menos "horizontal" a una claramente "vertical", jerarquizada, con emisores y receptores claramente delimitados. En eso estamos de acuerdo. Pero lo que yo no veo es que la información, en función del medio del que venga, elimine la iniciativa popular. Yo creo que todo esto tiene más que ver con la clase de público que busca información a través de las redes y la clase de público que recibe información a través de los medios. Pero, a partir de ahí, necesitaría un trabajo empírico para seguir pensando (que no zanjando: no se trata de apoyarse sin más en una supuesta "objetividad" "científica" de unos "datos" y "cifras" que "hablen por sí solos") el problema, porque, si no, tengo la sensación de que nos vamos a un punto en el que la teoría puede girar en muchas -demasiadas- direcciones simplemente verosímiles.

    Sobre el carácter paralizador de la esfera -y de la opinión- pública y de la sociedad civil agradecería un post, puesto que son dos de los pilares básicos -y compartidos- del pensamiento neoliberal y neosocialdemócrata, y, en efecto, tan difícil resulta ir más allá de ellos, que no es de extrañar que resurja la tentación de un "comunismo a la vieja usanza", para entendernos rápidamente, mortal de necesidad para un pensamiento y una vida verdaderamente libertarios.

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  3. Copio aquí la impresionante respuesta de Emilia Bolinches, que me la ha hecho llegar por correo, porque no pudo entrar en el blog por problemas técnicos. Por su extensión, la copio en dos partes:
    Parte I:
    EL GAMONAL EXISTE, CONTRA TODO PRONÓSTICO

    No he podido por motivos que nada –o todo- tienen que ver con este asunto –la maldita dispersión que me acosa cada día- el intervenir en el debate-discusión o reflexión sobre el tema del Gamonal. Lo hago ahora y creo que en mejores condiciones para aportar alguna idea. Pero antes quiero hacer algunas consideraciones previas:
    .- El prolijo discurso de Palao siempre consigue amilanarme. Aunque, luego, me obligue, claro, a distanciarme y separarme de mi, de Palao y del tema. Cosa positiva.
    .- Mi intervención, como periodista que no puedo ni quiero evitar, siempre resultará más factible y centrada en esa ficción que denominamos actualidad y que no es otra cosa que la confección de la agenda informativa, la selección convencional e interesada que cada medio organiza para conseguir influir en la “opinión pública” en aquellos temas que más le interesan.
    .- Permitidme que os invite a leer el artículo de otro periodista, Ignacio Escolar, con el que comparto la forma de enfocar el periodismo sobre la base de la contextualización informativa. Este es un buen ejemplo para abordar el problema de El Gamonal que está lejos de ser sencillo y de surgir de pronto de la nada, como nos quieren hacer creer.
    http://www.eldiario.es/escolar/pasando-Burgos_6_217738233.html

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    1. Emilia Bolinches. Parte 2:

      Y dicho esto voy a aportar algún comentario a los dos discursos de Palao en los que he echado de menos algunos elementos que pueden aportar algo –quizás complejidad- a la discusión.

      1.- El axioma periodístico, sobradamente demostrado, de que una información masiva produce una desinformación total o lo que otro periodista amigo, Pascual Serrano, ha denominado como “la jibarización informativa” que da pie al título de uno de sus libros –el más corto, por cierto- más certeros, es tanto o más efectivo –yo creo que más aunque en ocasiones depende de las circunstancias- que el silencio informativo. Creo que, en definitiva, forma parte de esa moneda de dos caras –la sobreinformación y la falta de información- que es la doble estrategia para formar/transformar/manipular lo que llamamos “opinión pública”. Porque si se descontextualiza el asunto el lector-espectador-radioescucha piensa enseguida que es una chorrada, que ya están otra vez saliendo a la calle, qué lata, siempre protestando por todo …
      Y como si desconociera –que no la desconoce, no nos engaña- esta doble posibilidad manipulativa, Palao, nos cuenta con extrañeza que no sabía nada de El Gamonal. Nadie sabíamos nada de ese barrio, dando por bueno eso de que Teruel no existe, Burgos no existe y El Gamonal tampoco existe. Que escuchó en la radio entrevistas e informaciones y que empezó a sospechar que todo ese enfoque mediático excesivo -ese plus- y ese llevar las cámaras en directo al barrio era una estrategia de la derecha para invadir y dividir de si mismo al enemigo. Pero si se hubiera escuchado y ordenado las informaciones pronto se hubiera detectado que desde el principio lo que decía el ministerio del Interior – su versión de que todos los violentos eran sujetos anti-sistema que venían de otras ciudades españolas- no se correspondía con la realidad -los hechos- de que todos los detenidos –SUS detenidos- eran de Burgos.


      2.- Para que el axioma anterior resulte perfecto –efectivo- se requiere el olvido de una grieta singular, una excepción en la regla: nadie puede controlar al cien por ciento la consecuencia de los movimientos manipulativos de la información cuando ésta se ha puesto en marcha, por acción o por omisión. Por tanto, esta vez, el tiro les ha salido por la culata a los medios convencionales. Y los vecinos de El Gamonal se han llevado el gato al agua y han ganado la partida: el alcalde de Burgos –y el PP local- ha retirado definitivamente el proyecto y anteayer, más de 30 ciudades españolas salieron a la calle en apoyo de los vecinos -El Gamonal existe, contra todo pronóstico-. En este caso los vecinos han tenido muy claro lo que querían conseguir y cómo transmitirlo.

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    2. Al final han sido 3: Emilia Boliches, parte 3:
      3.- Y más allá de “las comunidades de goce” echo en falta la contextualización de un problema que los vecinos de El Gamonal llevan padeciendo durante muchos años.
      4.- El caso de Islandia es, a mi entender, muy significativo. Efectivamente en unos momentos de caída en picado del sistema en donde todos –los bancos, los financieros, los accionistas, los ahorradores, los pensionistas, los funcionarios, los trabajadores etc- estaban en peligro de derribo, los revolucionarios ganaron la partida. Cuando todo está perdido no hay nada que perder, se puede arriesgar todo porque en realidad no se arriesga nada. Lograron poner orden, metieron a los responsables del descalabro en los juzgados y en la cárcel. Y la situación se fue estabilizando. Entonces llegaron las elecciones y, claro, en ese momento EL RIESGO SÍ ERA REAL y la población votó como un solo hombre/mujer a lo conservador, a lo conocido, para evitar la posibilidad de sufrir el vértigo anterior. No es cierto que hubo una mayoría revolucionaria cuando se dio el vuelco y se adoptó la decisión de no pagar la deuda. Nunca la hubo –una mayoría- y no la hay. Era una medida que “convenía” tanto a los revolucionarios anti-capitalistas como a los capitalistas, aunque por distintos motivos. Y ahora los anti-capitalistas son los que han sido siempre –¿un 15, un 20, un 30 por ciento de la población?-, mientras que los partidarios de entrar en el carril de la normalidad económica junto al resto de Europa y el mundo para seguir invirtiendo y seguir con las ventajas del sistema, siguen siendo el 70, 80 por ciento de la población, con lo que tenían asegurada la victoria. Eso al margen de la lucha entre las comunidades de goce que sigue y seguirá planteada, claro. Pero es a otro nivel.

      Y sí es verdad que las opiniones son múltiples y los hechos sagrados, al menos en periodismo trabajamos sobre esta base aunque cínicamente se conculca la regla a diario cada vez que conviene. Si me ha movido siempre esa necesidad de investigar en los hechos para averiguar la verdad, lo que se esconde tras la apariencia, Palao comprenderá el dilema que se plantea cuando los hermenéuticos –Vattimo y Zabala- quieren escamotear o “ningunear” los hechos para, con una cierta magia, lo reconozco, convertirlos en meras interpretaciones. No, lo siento, pero los hechos son muy tozudos. De todas maneras, eso se verá en otro foro y espero contar con la ayuda de todos los compañeros.

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  4. Emilia, yo conocía el texto de Escolar. Es más, lo recomendé en las redes sociales, porque me pareció extraordinario. Coincido contigo en que los hechos son muy tozudos, y, además, exigen investigación. El problema, claro es que no hay "investigación neutra", sobre todo cuando los "hechos" son de naturaleza social. De manera que hay que tener la máxima honradez y perspecia investigadora, primero, y la máxima honradez y perspicacia interpretativa, después. Todo esto nos conduce a lo que en filosofía se llama "teoría de la verdad como correspondencia". Y por más que sepamos que esa correspondencia entre las palabras y las cosas es problemática y dista de ser transparente, no creo que podeamos, ni que debamos, renunciar a ese marco de referencia. Por supuesto, entiendo que se trata de opciones personales, pero, para mí, sí que hay un "afuera" del discurso, un "afuera" que permite comparar los grados de verosimilitud de las hipótesis y llegar a la conclusión de que unos discursos logran acercarse más que otros a eso tan extraño que es la cosa en sí. Para mí, no hay "ben trovato" sin relación con un "vero"; precisamente, el "ben trovato" del artículo de Escolar tiene que ver con lo que razonablemente podemos pensar que es el "vero" de Gamonal, de igual forma que ese "vero" es lo que nos permite decir que las hipótesis de Interior son un "mal trovato" (por supuesto, a conciencia).

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