CRISTAL Y OLVIDO
Gustave Moureau, Galatea. 1880 |
Qué extraño goce,
el de enmarañar símbolos
cuando deshabito tu cuerpo.
Ésa es la seducción
mortífera del poema:
mudar la curva
prodigiosa de tus labios
-ocurrencia irrepetible
de un dios
que lloró tras pergeñarlos
la inminencia del declivede su gloria-
tan sólo en cristal,
en cristal y olvido.
.
LA JUVENTUD SE HA IDO
Alberto Durero. Melancolía I. 1514 |
La juventud se ha ido.
Me ha costado mucho decirlo,
porque reconocer
que la juventud es un estado
de la vida y no del ánimo
es rendir a la muerte su tributo.
La juventud se ha ido y ninguno
de mis sueños se ha cumplido,
ni se ha muerto.
Es un escenario pavoroso:
ya no soy joven y nada es imposible.
Es la peor de las bribonadas de los hados:
un cuerpo que sufre,
un ayer que se va, continuos
apremios de un futuro tiránico,
y una lágrima ácida que se obceca
en lamerme el corazón,
en recorrer lenta sus grietas
de animoso baluarte,
ridículo como una crin de piedra
que no sabe
que está ignorando al viento
Necesito como el aire
un signo de amor
que ahora no tengo,
y no pierdo su esperanza corrosiva. Y necesito
follar como una bestia,
porque siendo
los mismos los deseos, he tenido
que aceptar desarmado la sospecha
de que la juventud se ha ido
y los embriones etéreos de mis nietos
se están vengando de su abuelo deseante,
que vive como un estúpido
en este maldito infierno
esculpiendo un mañana
para el que no quedan ya horas.
Me he sido fiel y ahora sé
que ésa es la peor de las traiciones
a la naturaleza fatigada de los hombres.
Me ha costado mucho decirlo,
porque reconocer
que la juventud es un estado
de la vida y no del ánimo
es rendir a la muerte su tributo.
La juventud se ha ido y ninguno
de mis sueños se ha cumplido,
ni se ha muerto.
Es un escenario pavoroso:
ya no soy joven y nada es imposible.
Es la peor de las bribonadas de los hados:
un cuerpo que sufre,
un ayer que se va, continuos
apremios de un futuro tiránico,
y una lágrima ácida que se obceca
en lamerme el corazón,
en recorrer lenta sus grietas
de animoso baluarte,
ridículo como una crin de piedra
que no sabe
que está ignorando al viento
Necesito como el aire
un signo de amor
que ahora no tengo,
y no pierdo su esperanza corrosiva. Y necesito
follar como una bestia,
porque siendo
los mismos los deseos, he tenido
que aceptar desarmado la sospecha
de que la juventud se ha ido
y los embriones etéreos de mis nietos
se están vengando de su abuelo deseante,
que vive como un estúpido
en este maldito infierno
esculpiendo un mañana
para el que no quedan ya horas.
Me he sido fiel y ahora sé
que ésa es la peor de las traiciones
a la naturaleza fatigada de los hombres.
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