Digo para los hombres, esto del mérito.
Porque pasan más por la cárcel los empresariastros y politicastros que
las mujeres de la derecha política o económica. Ellas suelen hacer como
las de la realeza: no se enteraban de lo que pasaba a su alrededor.
Aunque suene raro esto de alguien que es capaz de darse a la fuga en su
coche con todo descaro para que no le pongan una multa, derribando la
moto del policía.
.
Curiosa esta derecha neoliberal del
post-fordismo. Para un viejo burgués, ir a la cárcel era lo peor de lo
peor. Sin embargo, estos empresariastros y politicastros neoliberales se
lo toman como un deporte. Me los imagino a todos en sus libertades
vigiladas (perdonen que me ría) con los blancos rastros (o blancas
ristras) bien dispuestos en la mesita de plexiglás (o cristal de
bohemia, disculpen mi ignorancia de ciertos materiales pero es que
frecuento poco esos ambientes) de un salón, presumiendo ante las escorts
y los amigotes de sus aventuras carcelarias y riéndose del populacho
que los increpa al llegar a los juzgados. ¿Pretenderán, de aquí unos
años, hacer pasar por un mérito político haber estado algún rato –lo he
escrito con minúscula- en la cárcel por corrupción, como lo fue en los
80 el haber estado detenido en una cárcel franquista? ¿Qué inventará
algún periodista (perdonen, me ha entrado la risa otra vez) imputado con
ellos para culpar a la infausta izquierda de una persecución sin
tregua?
Pero, oigan, qué finales para estas
lideresas. Solas, abandonadas, excluidas e ignoradas como viejas
adúlteras. Parece que el capitalismo ha cambiado su faz pero el
patriarcado no tanto, si uno puede imaginarse el futuro de la lideresa
madrileña, abandonada y apestada, parecido al de la faraona valenciana. A
ésta, su víscera reina le hizo el favor de acortarle el calvario, según
parece que reveló la autopsia. Tenía un par de vicios secretos. Y no
sabemos si el Papa llegó a saber lo suyo. Secretos para una mujer,
porque los hombres de la derecha neoliberal –si sus aspiraciones son al
dinero o a estar en una lista electoral sin encabezarla- ya pueden salir
del armario como han salido toda la vida del despacho o del prostíbulo
y, ahora también, del calabozo: altas las solapas y mirando al suelo,
como si pasaran casualmente por allí. Pero a ellas, ya viejas leonas
repudiadas, las estamos por ver en la ruina física y moral. Se han
atrevido a mucho…
Con lágrimas de saurio, pena la condesa
por sus batracios. No sé por qué, me viene este final de Ana Ozores a la
mente: “….Ana volvió a la vida rasgando las nieblas de un delirio que
le causaba náuseas. Había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso
y frío de un sapo.” Tal vez, alguien esté sintiendo en la suya el de
una rana. Craso error haber confundido la vulgar femocracia con
el feminismo y creer que te puede ir bien en el patriarcado capitalista
siendo mujer por ser de derechas, si te sales de tu asignado papel de
fiel consorte o subalterna y quieres el poder. Ojo, con ser mujer. Tus
auto-indulgentes correligionarios machos –los alfas y los omegas- te
tienen reservada una cuota de acceso mucho menor al perdón de los
pecados.
(Original en VLCN)
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