(Este es el texto del mensaje que he enviado a mis contactos de correo convocándoles a la Segunda Asamblea de Podem Cercle Cultura. Como pienso que puede interesar a mucha más gente, he creído conveniente compartirlo también por aquí)
Hola a todos. Muchos
sabréis el pasado miércoles nos reunimos en la asamblea constitutiva de PodemCercle Cultura. Allí decidimos convocar una segunda asamblea para este
miércoles 23 como podréis ver en la imagen que adjunto. ´Éste, pues, no es un
envío normal como otros que os hago para contaros que he colgado o publicado
algún texto. Para empezar pongo vuestras direcciones en abierto –por lo que os
ruego que toméis la precaución de borrarlas si decidierais reenviar el mensaje-,
para que podáis saber con quién os he convocado, y sois bastantes menos
destinatarios que los de mi mailing de difusión habitual. He seguido varios
criterios para seleccionaros, que os explico. Lo primero, considero –espero no
haberme equivocado en ningún caso- que todos los que vais a recibir esto sois,
con las diferencias personales y de opinión que se quieran, gente progresista y
de izquierdas. Si en algún caso me he equivocado, por favor, es mejor que los
afectados no sigan leyendo. Mis disculpas en tal caso. Lo segundo ha sido excluir a todos aquellos
que, hasta donde yo sé, ya tienen una militancia en una fuerza política de
izquierdas (en mi entorno, Compromís, EUPV, e incluso, el PSPV), en este caso,
por puro respeto. Los sigo considerando de mi bando, como siempre, pero
entiendo que no tengan especial interés en asistir a una reunión de algo que se
perfila como una fuerza política distinta de las suyas. Aquí, hay alguna
excepción a sabiendas, lo reconozco. Espero también que nadie se moleste.
Una vez hecha esta
primera salvedad, hay otros dos criterios. El siguiente es de perfil cultural y
profesional. Todos los convocados sois gente que por vuestra actividad social,
personal o profesional con la cultura en sentido muy amplio. Pero muchos de los
convocados tenéis vinculación laboral o vocacional con las llamadas hasta ahora
industrias culturales o actualmente industrias creativas (el
cine, la
televisión, los videojuegos, la publicidad, el periodismo, etc.) sin
entrar en
consideraciones sobre lo afortunado de estos términos. En la reunión del
otro
día éramos unas 15 personas, pero no había nadie de estos sectores –yo
no creo
ser muy representativo- y me parece que es fundamental que la haya,
porque gran parte de la lucha hegemónica en la cultura se juega en ese
terreno "masivo". La mayoría de la gente
provenía de las artes escénicas y visuales más alternativas, lo cual me
parece excelente y
muy enriquecedor, porque la propuesta partía de Ximo Flores, pero creo
que es
insuficiente y que los que trabajamos cabe -esa preposición que todos
aprendemos en el colegio y luego casi nadie utiliza- la industria
también hemos de estar
ahí, así como los escritores, artistas plásticos, gestores culturales,
cuenta-cuentos y todo tipo de personas que mantengan una actividad
expresiva,
creativa o comunicativa que incida directamente en la conformación de la
mentalidad mayoritaria. Es el campo de batalla clave en toda lucha
hegemónica.
El último criterio, en
fin, para incluiros en esta convocatoria ha sido la búsqueda de gente con una
especial sensibilidad lingüística y nacional. Los problemas de Podemos respecto
a su estructura territorial y hacia la falta de sensibilidad por la identidad valenciana
(entendida también como un campo antagonismo emancipatorio, no como algo fijo e
inamovible) ha sido uno de los aspectos que más críticas le han generado
entre nuestra izquierda, algo que me parece completamente lógico porque yo
también he sido muy crítico al respecto. No se trata de componer una opción
electoral nacionalista, sino de crear una sinergia de sensibilidades que
propicien el cambio hegemónico, y creo que la sensibilidad nacionalista ha de
estar ahí; sobre todo la valenciana, que no ofrece ningún tipo de ambigüedades
sobre su carácter a contracorriente y progresista. No olvidemos que, desde lo
que en Madrid llaman “la periferia”, una de nuestras principales percepciones de
lo que es “la casta” y de su triunfo y perpetuación es el centralismo
consagrado por la Constitución del Régimen del 78, con el que pactaron y al que
se adhirieron -o luego contemporizaron sin problemas- la mayoría los nacionalismos conservadores: Madrid como capital del
Estado, la perpetuación del rol del castellano no como lengua paritaria (por más
que fuera, por razones históricas y demográficas, primus inter pares) sino como lengua hegemónica e instrumento de
opresión, la asimetría del Estado, la consagración de las fuerzas armadas como
garantes de la “unidad de la patria” y la prohibición expresa de cualquier
confederación entre comunidades autónomas no intervenida por el Estado central
(Art. 145.1) especialmente pensada contra los territorios que compartimos la
lengua catalana, llamada por nosotros valencià
para sentirla más nuestra.
En fin, puede que muchos
de vosotros os sintáis sorprendidos si habéis leído algunas cosas que he
escrito respecto a Podemos, porque he sido muy crítico sobre todo con su origen
mediático, con su uso de la televisión y la imagen y con cierta ignorancia militante de
algunos neopodemistas -desgraciadamente,
algunos psicoanalistas entre ellos, con los que no he dejado de discutir,
espero que desde la fraternidad en el decir, aunque esta porte a veces el semblante
del cainismo- que ha lleva al grito acrítico y a la euforia masificada. No
obstante, también he señalado la
ambivalencia de esta postura de rechazo y atracción. Yo no quiero que Podemos gane elecciones a tutiplén, ni
que me haga feliz, ni que me represente integralmente, ni que cumpla sus
promesas, porque estos son buenos y la casta, mala. De hecho, si
los consideramos "éstos" ya los estamos constituyendo como casta, igual
que a "los otros". Lo que quiero es cambiar ese modelo performativo y
clientelista
de la promesa, de las esperanzas pasivas y del
bucle del odio bipartidista.
Podemos no es “mi opción predilecta para ganar las elecciones” sino que me
aproximo a ello concibiéndolo como una herramienta radicalmente emancipatoria y
como un experimento político muy relevante, en tanto que tiene conexión con el
15M, que me parece el acontecimiento colectivo más importante en España desde
los años 70. Encantado de sus buenos resultados electorales, siempre que los árboles no nos impidan ver el bosque.
Podemos es el futuro. No tengo ninguna duda. Y eso no quiere decir como creen
algunos de sus eufóricos simpatizantes que vaya a ganar todas las elecciones y
conseguir el gobierno (la muletilla “claro que podemos” seguida de caracteres numéricos
y signos %%% me pone muy de los nervios, lo reconozco, porque yo quiero “poder” otras
cosas): de nada me vale desalojar a una casta y a un bipartidismo para
constituir otra casta y otro bipartidismo (Podemos
contra todos los demás, la izquierda y la derecha) sino subvertir radicalmente
el sistema que permite las castas se constituyan. Podemos es el futuro porque va a cambiar estructuralmente el campo
de la izquierda (no a aniquilarlo ni a suplantarlo) y transformar radicalmente
al campo de fuerzas que constituyen los movimientos de emancipación popular en
el Estado Español. Y yo quiero intenar
estar ahí vigilando, orientando, aportando y empapándome de las aportaciones de
los demás. Podem
Cercle Cultura me parece un instrumento
muy adecuado para ello, cosa
que no había vislumbrado hasta ahora, por su apertura, por su
sensibilidad y por su origen. Y también
decir que si mis expectativas no se corroboran y el Cercle se dirige a
una línea
polítca que no puedo asumir, pues me iré, como he hecho siempre. Creo en
el
pluralismo de las iniciativas de emancipación popular. Creo en la
Izquierda, que debería ser la creencia que menos necesitara del
fundamentalismo para generar entusiasmo.
Nos vamos a reunir, pues, este miércoles 23 a las 19 h en la C/ San Pedro, 73 de
Valencia, en El Cabanyal. Me parece que el lugar está preñado de fuerza
simbólica: es un solar (no hay otro sitio de momento) en el barrio de Valencia
más perseguido y asolado por el PP. Hasta que tengamos uno propio, nos está sirviendo de guía el documento
elaborado por Círculo Podemos Cultura, en su primera asamblea en Madrid. Nuestra
idea de orden del día es trabajar
sobre su propuesta de estructura de grupos de trabajo, expresando nuestras
ideas acerca de sus campos temáticos y (supongo) mostrando nuestra inclinación
a trabajar en un grupo u otro. Estos son los 6 grupos de trabajo propuestos:
• Cultura y hegemonía
• Políticas culturales
• Industrias culturales
• Apoyo colectivo (organización del trabajo)
• Políticas locales
• Cultura pedagógica
Allí os espero con
entusiasmo. Por supuesto, quien no se sienta concernido, espero que no se moleste y pase de este mensaje con toda tranquilidad.
Un abrazo.
Ps. Os aviso que, para hacer más extensiva la invitación, colgaré el texto de este mensaje en mi blog.
Aunque no me encuentro dentro de la selección de contactos a los que has enviado este artículo (intuyo que formo parte de las "excepciones a sabiendas" y creo saber por qué, ya que considero que me adapto, en mayor o menor medida, a todos tus criterios, pero no me malinterpretes, no me he sentido ofendid@ en absoluto; agradezco más bien tu consideración), he querido leer este escrito. En concreto hay una parte que me ha gustado especialmente:
ResponderEliminar"Yo no quiero que Podemos gane elecciones a tutiplén, ni que me haga feliz, ni que me represente integralmente, ni que cumpla sus promesas, porque estos son buenos y la casta, mala. De hecho, si los consideramos "éstos" ya los estamos constituyendo como casta, igual que a "los otros". Lo que quiero es cambiar ese modelo performativo y clientelista de la promesa, de las esperanzas pasivas y del bucle del odio bipartidista. Podemos no es “mi opción predilecta para ganar las elecciones” sino que me aproximo a ello concibiéndolo como una herramienta radicalmente emancipatoria y como un experimento político muy relevante (...) Encantado de sus buenos resultados electorales, siempre que los árboles no nos impidan ver el bosque."
Estoy muy de acuerdo.
Un abrazo.
Te lo aclararía de todo corazón si supiera quién eres... Si me quieres poner un mail, yo encantado. Insisto, no me acerco a Podemos con una vena partidaria y mucho menos sectaria, sino porque me parece que puedo hacer algo a través de ello.
EliminarUn abrazo.